¿Qué es el TDAH infantil?
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición neurobiológica que afecta a muchos niños en todo el mundo. Se caracteriza por dificultades para mantener la atención, hiperactividad e impulsividad, lo que puede interferir significativamente en el desarrollo académico, social y emocional de los pequeños.
Comprender qué es el TDAH infantil y cómo se diagnostica es fundamental para dar el apoyo adecuado a los niños que lo presentan. Este trastorno no solo afecta al niño, sino también a su entorno familiar y escolar, por lo que una detección temprana y un abordaje integral son clave para mejorar su calidad de vida.
Síntomas según la edad
Los síntomas del TDAH pueden variar considerablemente según la edad del niño, lo que a veces dificulta su identificación. En la infancia temprana, por ejemplo, es común observar una hiperactividad notable, donde el niño parece estar en constante movimiento, tiene dificultades para permanecer sentado y muestra impulsividad en sus acciones.
En niños en edad escolar, los síntomas suelen manifestarse a través de una falta de atención sostenida en tareas o actividades, olvidos frecuentes y problemas para seguir instrucciones. Además, pueden presentar impulsividad, como interrumpir a otros o tener dificultades para esperar su turno.
dibujo de cerebro con estrellas
En la adolescencia, la hiperactividad puede disminuir, pero la falta de atención y la impulsividad tienden a persistir. Los jóvenes con TDAH pueden tener problemas para organizarse, mantener el enfoque en sus estudios y controlar sus emociones, lo que puede afectar su rendimiento académico y sus relaciones interpersonales.
Métodos de evaluación
El diagnóstico del TDAH en niños no se basa en una única prueba, sino en una evaluación exhaustiva que incluye la observación clínica, entrevistas y la recopilación de información de diferentes fuentes, como padres y docentes. Esta evaluación multidisciplinaria ofrecida en Centro Albea es esencial para descartar otras posibles causas de los síntomas y confirmar el diagnóstico.
Los profesionales de la salud mental suelen utilizar escalas de valoración específicas que ayudan a medir la frecuencia y gravedad de los síntomas. Estas herramientas permiten comparar el comportamiento del niño con el de otros niños de su misma edad y contexto.
Además, es importante realizar una evaluación médica para descartar problemas físicos que puedan estar influyendo en el comportamiento, así como una valoración neuropsicológica para identificar posibles dificultades cognitivas o de aprendizaje asociadas.
Abordaje terapéutico
El tratamiento del TDAH en niños es multidimensional y debe adaptarse a las necesidades individuales de cada niño. Generalmente, combina intervenciones farmacológicas con terapias conductuales y psicoeducativas.
Los medicamentos estimulantes son comúnmente prescritos para ayudar a mejorar la atención y reducir la hiperactividad e impulsividad. Sin embargo, su uso debe ser cuidadosamente supervisado por un especialista debido a posibles efectos secundarios y la necesidad de ajustar las dosis.
personas sosteniendo tuerca
Por otro lado, las terapias conductuales se enfocan en enseñar al niño habilidades para manejar sus síntomas, mejorar su autocontrol y desarrollar estrategias para organizarse y cumplir con sus responsabilidades. Estas terapias psicológicas infantiles también suelen involucrar a la familia para asegurar un apoyo constante.
Papel de padres y docentes
El apoyo de padres y docentes es fundamental en el manejo del TDAH infantil. Los padres deben estar informados sobre la condición para poder ofrecer un ambiente estructurado, con rutinas claras y expectativas realistas. Es importante que refuercen positivamente los logros del niño y mantengan una comunicación abierta con los profesionales que lo atienden.
Por su parte, los docentes juegan un papel clave en la detección temprana y en la adaptación del entorno escolar para facilitar el aprendizaje. Esto puede incluir dividir las tareas en pasos más pequeños, permitir descansos frecuentes y utilizar métodos de enseñanza que capten mejor la atención del niño.
La colaboración entre la familia y la escuela es esencial para crear un plan de apoyo coherente que ayude al niño a desenvolverse mejor tanto en el ámbito académico como en el social.