El duelo es una respuesta emocional y psicológica esperada tras una pérdida. Los niños, como los adultos, experimentan el duelo de diversas maneras, y sus reacciones pueden variar en intensidad y duración.
Características del Duelo
- Duración Limitada
- Aunque el dolor de la pérdida puede durar mucho tiempo, las reacciones más intensas suelen disminuir gradualmente en los primeros meses a un año después de la pérdida.
- Fluctuación de Emociones
- Los niños pueden tener episodios de tristeza, llanto, ira, y ansiedad, pero estos sentimientos suelen ser intermitentes y van disminuyendo con el tiempo.
- Pueden experimentar momentos de felicidad y jugar normalmente entre los episodios de tristeza.
- Reacciones Adaptativas
- Los niños continúan con sus actividades diarias y, aunque pueden mostrar algunos cambios en el comportamiento, siguen participando en la escuela, el juego y las interacciones sociales.
- Con el apoyo adecuado, los niños desarrollan mecanismos de afrontamiento saludables y gradualmente se adaptan a la pérdida.
- Procesamiento de la Pérdida
- Los niños comienzan a aceptar la realidad de la pérdida y ajustan sus vidas para continuar sin la persona fallecida.
- Pueden recordar y hablar sobre el ser querido fallecido sin experimentar una angustia abrumadora constante.
Duelo complicado en niños
El duelo complicado, también conocido como duelo prolongado o duelo patológico, es una respuesta intensa y persistente que interfiere significativamente con el funcionamiento diario del niño. En estos casos, las reacciones al duelo no disminuyen con el tiempo y pueden incluso empeorar.
Características del Duelo Complicado
- Duración Prolongada
- Las reacciones intensas de duelo persisten durante un período prolongado, generalmente más de un año, sin signos de mejora.
- El niño sigue mostrando una intensa aflicción y angustia mucho después de la pérdida.
- Emociones Persistentes y Extremas
- Sentimientos persistentes de tristeza, desesperanza, o culpa extrema que no disminuyen con el tiempo.
- El niño puede mostrar signos de depresión severa, ansiedad intensa, o una ira constante.
- Interferencia en el Funcionamiento Diario
- Dificultades significativas en la escuela, en las relaciones sociales, y en las actividades diarias.
- Pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba, y una retirada significativa de la interacción social.
- Pensamientos y Comportamientos Obsesivos
- Pensamientos intrusivos y constantes sobre la persona fallecida.
- Evitación persistente de recordatorios de la pérdida o, al contrario, una preocupación constante con la persona fallecida.
- Problemas Físicos y Psicológicos
- Síntomas físicos recurrentes, como dolores de cabeza, problemas estomacales, o trastornos del sueño.· Posibles comportamientos autodestructivos o pensamientos suicidas.